Cuando bajan las temperaturas, mantener nuestro hogar cálido sin disparar la factura energética se convierte en una prioridad. Pero, ¿cuál es la temperatura ideal para la calefacción? Y, sobre todo, ¿es mejor apagarla por la noche o dejarla funcionando a baja potencia?. Para cualquier consulta escríbenos a través de la web de Acierta Eficiencia.
La respuesta depende de varios factores, como el aislamiento de la vivienda, la eficiencia del sistema de calefacción y las necesidades de cada hogar. A continuación, analizamos las mejores prácticas para mantener un ambiente confortable sin gastar de más.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la temperatura recomendada en una vivienda durante el invierno es:
Cada grado adicional en la calefacción puede suponer un incremento del 7% al 10% en el consumo energético, por lo que subir la temperatura más de lo necesario no es eficiente ni sostenible. Además, un ambiente excesivamente cálido puede generar sequedad en el aire y problemas respiratorios.
Esta es una de las preguntas más frecuentes cuando llega el invierno. La respuesta depende de cada vivienda, pero en la mayoría de los casos apagar la calefacción por la noche y encenderla por la mañana es la opción más eficiente.
✅ Ahorro en la factura: Si la calefacción está apagada no se consume energía, lo que reduce significativamente el gasto.
✅ Menor impacto ambiental: Reducir el consumo de energía contribuye a disminuir las emisiones de CO₂ y el impacto en el medioambiente.
✅ Mayor eficiencia: En una casa bien aislada, el calor acumulado durante el día se mantiene durante varias horas, evitando la necesidad de calefacción nocturna.
✅ Evita el sobrecalentamiento: Dormir con una temperatura demasiado alta puede afectar la calidad del sueño y generar sequedad en el ambiente.
En algunos casos, apagar la calefacción por completo puede no ser la mejor opción:
Si apagar la calefacción por completo no es una opción viable en tu hogar, una alternativa es mantenerla encendida a baja temperatura durante la noche.
Ajustar el termostato entre 15°C y 17°C permite un consumo moderado y evita que la casa se enfríe en exceso. Esto también reduce el esfuerzo que debe hacer la caldera al encenderse por la mañana, lo que puede generar un ahorro energético a largo plazo.
Si buscas un equilibrio entre confort y eficiencia energética, aquí tienes algunos consejos prácticos para optimizar el uso de la calefacción:
Esto evita olvidos y optimiza el consumo, manteniendo la casa a una temperatura óptima sin necesidad de ajustes manuales.
Cuando el sol se pone, cierra las cortinas y persianas para conservar el calor acumulado y evitar la pérdida de temperatura.
✔ Revisar la caldera anualmente.
✔ Purgar los radiadores para eliminar aire acumulado y mejorar la distribución del calor.
✔ Comprobar la presión del agua en el sistema de calefacción.
Si tu casa tiene un buen aislamiento, lo más eficiente es apagar la calefacción por la noche y volver a encenderla por la mañana, ajustando la temperatura según sea necesario.
Si el aislamiento de la vivienda no es el mejor o hace mucho frío, una opción intermedia es mantener la calefacción encendida a baja temperatura (entre 15°C y 17°C) para evitar que el hogar pierda demasiado calor.
Adoptar hábitos eficientes y usar tecnologías como termostatos inteligentes te permitirá ahorrar en la factura sin comprometer el confort térmico. Pequeños cambios en la gestión de la calefacción pueden marcar una gran diferencia en tu consumo energético y en el bienestar de tu hogar. ¡Y si quieres realizar una consulta sobre cómo aplicar estos cambios en tu hogar, ponte en contacto con nosotros!