Calefacción

Temperatura ideal y consejos para optimizar el uso de la calefacción en invierno

La temperatura ideal de calefacción en invierno es de 19-21°C de día y 15-17°C de noche. Ajustar bien el termostato te ayuda a ahorrar sin perder confort.


Cuando bajan las temperaturas, mantener nuestro hogar cálido sin disparar la factura energética se convierte en una prioridad. Pero, ¿cuál es la temperatura ideal para la calefacción? Y, sobre todo, ¿es mejor apagarla por la noche o dejarla funcionando a baja potencia?. Para cualquier consulta escríbenos a través de la web de Acierta Eficiencia.

 

La respuesta depende de varios factores, como el aislamiento de la vivienda, la eficiencia del sistema de calefacción y las necesidades de cada hogar. A continuación, analizamos las mejores prácticas para mantener un ambiente confortable sin gastar de más.

 

Temperatura ideal para la calefacción en invierno

 

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la temperatura recomendada en una vivienda durante el invierno es:

 

  • Entre 19°C y 21°C cuando estamos en casa y activos.
  • Entre 15°C y 17°C por la noche o cuando no estamos en casa.
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Cada grado adicional en la calefacción puede suponer un incremento del 7% al 10% en el consumo energético, por lo que subir la temperatura más de lo necesario no es eficiente ni sostenible. Además, un ambiente excesivamente cálido puede generar sequedad en el aire y problemas respiratorios.

 

Factores que influyen en la temperatura ideal

 

  • El aislamiento de la vivienda: Un hogar con buen aislamiento térmico conserva mejor el calor, reduciendo la necesidad de calefacción constante.
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  • La humedad ambiental: Un ambiente seco puede hacer que sintamos más frío, mientras que una humedad en torno al 40-50% ayuda a mantener el confort térmico.

 

  • Las condiciones personales: En hogares con bebés, personas mayores o enfermos, es recomendable mantener una temperatura ligeramente más alta.
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  • El tipo de calefacción: Sistemas como la calefacción por suelo radiante pueden funcionar a temperaturas más bajas y ofrecer el mismo confort que los radiadores tradicionales a temperaturas más altas.
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¿Es mejor apagar la calefacción por la noche o mantenerla encendida?

 

Esta es una de las preguntas más frecuentes cuando llega el invierno. La respuesta depende de cada vivienda, pero en la mayoría de los casos apagar la calefacción por la noche y encenderla por la mañana es la opción más eficiente.

 

Ventajas de apagar la calefacción por la noche

 

Ahorro en la factura: Si la calefacción está apagada no se consume energía, lo que reduce significativamente el gasto.

 

Menor impacto ambiental: Reducir el consumo de energía contribuye a disminuir las emisiones de CO₂ y el impacto en el medioambiente.

 

Mayor eficiencia: En una casa bien aislada, el calor acumulado durante el día se mantiene durante varias horas, evitando la necesidad de calefacción nocturna.

 

Evita el sobrecalentamiento: Dormir con una temperatura demasiado alta puede afectar la calidad del sueño y generar sequedad en el ambiente.

 

¿Cuándo conviene mantener la calefacción encendida por la noche?

 

En algunos casos, apagar la calefacción por completo puede no ser la mejor opción:

 

  • Si la casa tiene un mal aislamiento térmico: En viviendas que pierden calor rápidamente, la temperatura puede descender demasiado, haciendo que al encender la calefacción por la mañana el consumo sea mayor para recuperar el confort.
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  • Si hay temperaturas extremas en el exterior: Si la temperatura exterior es muy baja (por debajo de 0°C), apagar la calefacción completamente puede hacer que las tuberías se congelen o que la casa se enfríe demasiado, aumentando el consumo energético al reactivarla.
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  • Si hay niños pequeños, personas mayores o enfermos: En estos casos, es recomendable mantener la calefacción encendida a baja temperatura durante la noche para evitar cambios bruscos de temperatura.
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Alternativa: Dejar la calefacción encendida a baja temperatura

 

Si apagar la calefacción por completo no es una opción viable en tu hogar, una alternativa es mantenerla encendida a baja temperatura durante la noche.

 

Ajustar el termostato entre 15°C y 17°C permite un consumo moderado y evita que la casa se enfríe en exceso. Esto también reduce el esfuerzo que debe hacer la caldera al encenderse por la mañana, lo que puede generar un ahorro energético a largo plazo.

 

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Consejos para reducir el consumo de calefacción sin pasar frío

 

Si buscas un equilibrio entre confort y eficiencia energética, aquí tienes algunos consejos prácticos para optimizar el uso de la calefacción:

 

1. Usa un termostato programable: Los termostatos inteligentes permiten programar la temperatura según los horarios del hogar. Por ejemplo, puedes programarlo para que la calefacción se apague automáticamente por la noche y se encienda poco antes de que te levantes.

 

Esto evita olvidos y optimiza el consumo, manteniendo la casa a una temperatura óptima sin necesidad de ajustes manuales.

 

2. Mejora el aislamiento de tu hogar: Un buen aislamiento térmico puede reducir hasta en un 30% el consumo de energía. Para mejorar el aislamiento sin grandes obras:

 

  • Usa burletes en puertas y ventanas para evitar la entrada de aire frío.
  • Cierra persianas y cortinas por la noche para conservar el calor.
  • Evita colocar muebles o cortinas sobre los radiadores, ya que pueden bloquear la emisión de calor.
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3. Aprovecha la luz solar: Durante el día, abre cortinas y persianas para aprovechar la luz del sol y calentar tu hogar de manera natural.

 

Cuando el sol se pone, cierra las cortinas y persianas para conservar el calor acumulado y evitar la pérdida de temperatura.

 

4. Mantén tu caldera en buen estado: El mantenimiento regular de la caldera garantiza un funcionamiento eficiente y reduce el consumo de gas o electricidad. Se recomienda:

 

Revisar la caldera anualmente.
Purgar los radiadores para eliminar aire acumulado y mejorar la distribución del calor.
Comprobar la presión del agua en el sistema de calefacción.

 

5. No sobrecalientes la casa: Evita poner la calefacción a temperaturas excesivas. Un ambiente demasiado caluroso no solo consume más energía, sino que también puede provocar sequedad en el aire y molestias respiratorias.

 

¿Entonces qué opción es mejor?

 

Si tu casa tiene un buen aislamiento, lo más eficiente es apagar la calefacción por la noche y volver a encenderla por la mañana, ajustando la temperatura según sea necesario.

 

Si el aislamiento de la vivienda no es el mejor o hace mucho frío, una opción intermedia es mantener la calefacción encendida a baja temperatura (entre 15°C y 17°C) para evitar que el hogar pierda demasiado calor.

 

Adoptar hábitos eficientes y usar tecnologías como termostatos inteligentes te permitirá ahorrar en la factura sin comprometer el confort térmico. Pequeños cambios en la gestión de la calefacción pueden marcar una gran diferencia en tu consumo energético y en el bienestar de tu hogar. ¡Y si quieres realizar una consulta sobre cómo aplicar estos cambios en tu hogar, ponte en contacto con nosotros!

 

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