Cuando llega el invierno, todos buscamos un hogar cálido y acogedor donde no pasemos ni frío ni calor. Pero encontrar el equilibrio entre el confort, el ahorro en la factura y el respeto al medio ambiente puede ser un reto. En este artículo te contamos cómo lograrlo estableciendo la temperatura ideal de la calefacción.
La calefacción es responsable del 63% del consumo energético de una vivienda. Cuanto más alta sea la temperatura, más aumentará el gasto de gas o electricidad. Mantener un buen control sobre la calefacción no solo impacta en tu bolsillo, sino también en el confort y la salud de los habitantes de la casa. Además, un uso responsable de la calefacción reduce la huella ecológica al minimizar las emisiones de CO2.
La temperatura perfecta para la calefacción depende de varios factores: el tamaño de la casa, el aislamiento, la cantidad de personas que vivan en ella, y sus edades. Sin embargo, se pueden establecer algunas pautas generales:
Cada grado menos en la calefacción puede suponer un ahorro del 7% en la factura. Por ejemplo, si bajas de 21°C a 19°C, estarías reduciendo el consumo hasta en un 14%. Además, el Gobierno de España, en sintonía con la Unión Europea, ha recomendado no superar los 19°C en edificios administrativos y comerciales como medida de ahorro.
Un ambiente demasiado caldeado no es solo innecesario, sino que puede ser perjudicial. A temperaturas superiores a los 24°C, aumenta la sequedad en el aire, lo que puede causar problemas respiratorios, deshidratación y afecciones en la piel. Por otro lado, mantener una temperatura por debajo de 18°C también puede ser incómodo y afectar la salud, sobre todo en personas mayores o bebés.
Una excelente manera de mantener un control preciso de la temperatura y el gasto energético es mediante termostatos inteligentes. Estos dispositivos te permiten programar la calefacción y ajustar automáticamente la temperatura según tu rutina diaria, asegurando que solo uses energía cuando realmente la necesitas.
Ajustar la calefacción a la temperatura adecuada no solo mejora el confort en tu hogar, sino que también puede ayudarte a reducir considerablemente tu factura de energía y contribuir al cuidado del medio ambiente. ¿A qué esperas para optimizar el uso de tu calefacción este invierno?